Banner Astrodidacta

Carlos Andrés Carvajal Tascón

HISTORIA DE UN ASTRÓNOMO AFICIONADO

Carlos Andrés Carvajal Tascón

 

1. La Infancia

Mi afición a la astronomía nace en una temprana época de la vida. El recuerdo mas temprano debe fecharse en los primeros años de la década de los setenta; imaginaba ver luces alrededor de la Luna que, pensaba, podían ser de las naves que la circundaron pertenecientes a las misiones Apolo, por eso creo que esto debió ser, por tarde, en 1972 cuando tenía yo 6 años de edad y este programa de exploración tripulada llegó a su final. A pesar de este episodio tan puntual y vívido presente muchos años después, desafortunadamente no tengo otros que correspondan a esos tiempos. Mas tarde se quedaron grabadas en la memoria tres estrellas en línea que decían eran los reyes magos cuya aparición coincidía con la época decembrina, ellas son Alnilam, Alnitak y Mintaka que forman el cinturón de Orión, el cazador.


Alrededor de 1975, para Navidad le pedí a mis padres un telescopio de regalo, recuerdo que lo vi en un local comercial en lo alto de una vitrina: un pequeño telescopio refractor de color rojo que no superaría los 50 mm de apertura, montado sobre un trípode con una, supongo, frágil montura altazimutal y muy probablemente de un calidad óptica que dejaría mucho que desear, pero esas consideraciones técnicas… pues… simplemente no importaban, ni tampoco las conocía… este regalo no llegó; muchos años después indagué con mi padre por qué no se animó a regalármelo, sin embargo, él no recordaba el episodio. A veces creo que fue mejor porque lo rudimentario del equipo hubiera podido espantar a cualquier niño al tratar de manejarlo, esto al menos es un consuelo.


También dentro mis escasos y fraccionados recuerdos está la llegada del cometa Kohoutek, en 1973, aunque no logré observarlo si me impresionó la posibilidad de que mi vida no alcanzaría para verlo de nuevo: aproximaciones infantiles a la muerte y a lo corto de la existencia del ser humano a escala astronómica.
No se pueden olvidar las visitas al Planetario de Bogotá, en aquella época era lo más parecido a un museo de ciencia, no como ahora. Recuerdo claramente las muestras lunares, anunciadas como rocas pero que eran unos pequeños granos ¡de la Luna!, las maquetas de los Apolo montados en sus cohetes Saturno y una réplica de la plataforma de lanzamiento, un traje de astronauta, el meteorito metálico que decoraba la entrada, el planetario mismo que ahora es anticuado (aunque recientemente fue renovado), pero en esa época era fabuloso.


Planetario Bogota 1967

Pasaron muchos años sin que tuviera cerca a la astronomía hasta que ya en la adolescencia fuimos con un grupo de amigos y familiares a ver un cometa en La Calera, cerca de Bogotá, yo llevaba mucho entusiasmo y más información que muchos; la observación no era seria pues había más curiosos y desprogramados de la rumba (o simplemente buscándola) que conocedores del cielo; había mucha gente reunida y algunos comentaban cosas que hacían pensar que tenían conocimiento del tema, pero lo que marcó la observación es que todos miraban para un lado diferente y creían ver el cometa, nunca lo vi… esa noche pensé que la astronomía era difícil.
Y fue difícil durante un tiempo hasta que llego una obra de arte de la difusión científica, hecha en el siglo pasado, y fue Cosmos la premiada serie del astrónomo Carl Sagan. Cosmos fue para gran parte de los que se han dedicado a la astronomía, profesionales o aficionados, el impulso inicial; para mí fue la forma de acercarme a la ciencia y a los conocimientos astronómicos del momento. Consta de trece capítulos y puedo decir que los vi cada uno de ellos infinidad de veces, inclusive ahora siempre que puedo, vuelvo a verlos.

Carl
            Sagan Cosmos

Años, muchos años después, y siendo ya un hombre adulto se cumplió, sin previo aviso, mi sueño de la infancia, alrededor de 1995 mis padres me regalaron ¡por fin! el telescopio, no fue el anhelado de mi infancia, era un refractor Tasco de 60 mm, con oculares de 0,965 de pulgada con un trípode de madera y una montura altazimutal que venía en la caja con un libro de astronomía básica. Este aparato, aunque pobre en calidad, me empujó nuevamente en la afición dormida durante los años en los cuales terminé mi educación secundaria, hice entrenamiento en medicina y estaba a punto de terminar la especialidad de medicina interna. Ya mayor, aunque no en escala astronómica, reinicié los estudios del tema, comenzando con el manual que venía en la caja del telescopio y un viejo tomo de astronomía de una enciclopedia juvenil y a partir de allí todo lo que se me atravesaba………

Arriba

2. En el Principio....

Nunca es tarde para iniciarse en una afición, arte u oficio. Después de muchos años de pensar en astronomía pero nunca de manera dedicada y seria, recibí un regalo que cambiaría muchas cosas en mi vida: un telescopio y cambio mi vida en el sentido de encontrar una actividad que empezó a influir en mi pensamiento acerca del mundo que me rodea, la humanidad y lo maravilloso que es entender en que yo mismo soy un accidente extraordinariamente raro en la inmensidad del universo: soy un ser viviente.


El estudio comenzó con lo básico, la bóveda celeste, las constelaciones, los planetas, la luna, las coordenadas, el calendario…….. etc., cosas que son de la vida cotidiana pero que no había tenido la curiosidad para fijarme en ellas.
Me propuse en principio no abrir, ni armar el telescopio recién recibido hasta no tener un cierto nivel de información porque imaginé y después lo confirmé, que el hecho de usar un telescopio no es suficiente para disfrutar de la astronomía; se necesita saber un poco de lo que se está viendo para ponerle todo el interés y entusiasmo. Si no se sabe observar el universo o no se comprende lo que se esta viendo, se caerá en una profunda decepción al no encontrar en el ocular las imágenes de las revistas y ese telescopio hijo del hermoso invento de Lippershey se convertirá en un feo y costoso adorno en la sala de muchos, como los pseudo científicos que por allí pululan.


Y así lo hice: los primeros libros que consulte fueron "Estrellas y telescopios" (Arranz García, P. y García Martín, J.), muy interesante y básico que me orientó en el campo de la astronomía observacional, también tuve a la mano el libro de Germán Puerta "Guía para Viajeros del Cielo", este fue interesante sobre todo por la mitología de las constelaciones y porque era puntual en algunos objetos fáciles de observar; dentro de la astronomía general comencé por Cosmos el libro basado en la serie de televisión de Carl Sagan y que había ya visto muchas veces, indiscutiblemente hasta ahora una de las mejoras obras de divulgación científica.

Había llegado el momento de buscar ayuda, sin esfuerzo mayor la encontré, un día hojeando el periódico, vi un pequeño aviso en donde se anunciaba una observación con telescopios para el público general y que era guiada por miembros de la ASASAC o Asociación de Astrónomos Autodidactas de Colombia, pues allí fui a dar………….

Arriba

3. Los Compañeros

La primera experiencia en astronomía "avanzada" no fue, ni con mucho, lo que se lee en las revistas especializadas que acostumbran, en su última página a tener escritores invitados que muestran sus experiencias astronómicas, la mayoría de ellas muy interesantes y bien contadas, creo sin embargo, que están un poco imaginadas o maquilladas, aunque en este comentario se noten trazos de envidia por no saber escribir bien.


Cualquier día de 1998 hacia mediados de año encontré un aviso de prensa en el que se anunciaba la realización durante algunas noches de observaciones astronómicas en algunos centros comerciales de la ciudad, era por supuesto un pequeño aviso que no superaba los cuatro o cinco renglones, porque en nuestros países así es tratada la ciencia, pero era suficiente para informarse que iban a estar personas versadas en la materia y con equipos de observación.
Esto se presentó en el momento justo, cuando estaba yo más ávido de información que nunca, así que esperé la llegada del día anunciado, si no estoy mal un sábado en la noche, y partí con Ana María, quien poco después sería mi esposa y compañera de la vida, para el centro comercial. Llegamos y no vimos mayor actividad, finalmente, en un rincón, en una pequeña terraza allí estaban quienes serían mis primeros contactos con la astronomía aficionada, Adolfo Viana y Alfredo Wilches…. Y buenas noches…. como van…….. ¿Hay estrellas? Hmmmmm mejor ¿se ve alguna estrella?....... que siempre me ha gustado…. Que he comenzado a estudiar…. mira por acá…… como comienzo…. Y ustedes que…. Etc.


Muchos comentarios, ver hacia arriba y no ver nada, mirar por unos binóculos prestados una vista impresionante y ¡en medio de la ciudad!; ¿es esa Spica en Virgo? Pregunto uno de ellos rastreando con sus binoculares. Y yo: ¿Virgo?, ¿Spica?, falta mucho por estudiar… y así trascurrieron un par de horas, venia gente, miraba y se iba, otros llegaban y se quedaban un rato más y repetían las mismas preguntas que yo había hecho hacía un rato, pero la mayoría pasaba sin darse cuenta de que allí había personas observando el cielo, observando y preguntándose sobre cosas que seguramente ellos nunca habían, siquiera imaginado.


Al final me sentía un poco astrónomo, pues había mirado por binoculares, y un pequeño telescopio, había confrontado algo de lo leído con lo oído y me había dado cuenta de que estaba en la vía correcta; así que ¡si señor! por allí era la cosa, había que ser un astrónomo aficionado. Entonces ¿Cómo hago para pertenecer a este grupo de aficionados?, Bueno, es muy fácil solo tienes que ir al planetario de Bogotá, los sábados, en la tarde, allí damos conferencias y ocasionalmente organizamos una observación, sea en el campo o en la casa de algún amigo. Listo, hasta pronto... seguro nos vemos el Sábado somos Carlos Andrés y Ana María, ¿me recuerda el suyo?... bueno Alfredo y Adolfo muchas gracias, nos vemos.

Arriba

4. ASASAC

En el año 1998 comenzamos a asistir a las reuniones de la Asociación de Astrónomos Autodidactas de Colombia (ASASAC), y digo comenzamos porque en la avalancha de interés que me llevaba me cargué a Ana María y a mi padre Luis Carvajal.

Eran los sábados en la tarde en una pequeña zona del planetario, en realidad un pedazo de corredor cerrado en donde habían algunas sillas, papelógrafo y un proyector, allí los diferentes miembros de la asociación hablaban de temas astronómicos para el público en general. Era una buena fuente de información y sobretodo me invadía una sensación de participar en algo nuevo, interesante y diferente. Había personas de todas las edades y actividades, pero todas alrededor de la astronomía. Las paredes estaban adornadas con un gran mapa celeste de color azul y unos cuadros con la topografía lunar. De tres a cinco de la tarde participamos durante muchos sábados seguidos; además de las conferencias algunos llevaban materiales como libros, revistas, fotos entre otras cosas.
La asistencia era buena: entre 15 a 20 personas, los asociados iban cada sábado, algunos sobresalían por sus conocimientos, otros menos, pero todos ponían mucha atención e interés, los más prominentes eran Daniel Gómez, hombre de edad quien era uno de los fundadores hacía ya como 30 años y quien todos tenían en alta estima, recuerdo una ocasión en que este hombre alto se paró en la entrada del planetario con un gran círculo hecho con hojas tamaño carta pegadas en las cuales había dibujado a mano la eclíptica con todas sus estrellas y constelaciones, con esta explicaba el punto vernal y la precesión de los equinoccios.

También estaban Raúl Joya presidente de la asociación en ese momento, Freddy Moreno muy activo y conocedor de los temas y que casi siempre moderaba las reuniones, Gustavo Ardila muy informado y hablador y quien le ponía mucha acción a la tarde, Alfredo Wilches y Adolfo Viana mis primeros contactos, y muchos más a quienes fui conociendo y compartiendo la afición. 


Sky &
            Telescope 1998

En Noviembre de 1998 compré mi primer ejemplar de la revista Sky & Telescope, desde ese momento no he dejado de hacerlo, con algunos números faltantes por los problemas de correos en nuestro país que por otra cosa; también, por recomendación de los ya compañeros adquirí nuevos libros, de los primeros recuerdo algunos y me imagino que lo hago porque me impactaron sobremanera: El Universo de Isaac Asimov, La Aventura del Universo de Timothy Ferris y lo que entendí de Breve Historia del Tiempo de Stephen Hawking. 
Así fui avanzando en conocimientos y llegando al momento de comenzar mis observaciones astronómicas y de esta manera me fui preparando para comenzar a dar conferencias al público……

Arriba

5.La Graduación

La primera observación astronómica a la que asistí fue una invitación de Alfredo Wilches, el ingeniero quien me recibió en la astronomía aficionada, con el congeniamos desde un principio, hombre serio y amable, conversábamos sobre astronomía y otros temas. Una fría tarde de sábado al finalizar las conferencias, él invitó a su casa a los asistentes para realizar una observación informal, compartir un rato y tomar un café.

La cita fue a las 8 de la noche, en el barrio Niza de Bogotá, allí llegamos con mis compañeros astronómicos Ana María y Luis, a esa hora ya habían llegado varios amigos y habían instalado algunos telescopios. Fuimos muy bien recibidos, tomamos café y nos presentaron a aquellos que no conocíamos, salimos al patio trasero de la casa, las construcciones de este barrio son del tiempo en que las casas familiares se construían grandes y tenían amplios espacios, tanto que los patios albergaban buena cantidad de personas.


Allí comenzamos a observar lo que la contaminación lumínica y el clima de una ciudad como Bogotá permite, no recuerdo claramente los primeros objetos observados, pero si el anuncio que Saturno demoraría unas dos horas en salir y que, como dijo Alfredo "todo el que observa Saturno por el telescopio queda graduado como astrónomo aficionado", así que nos dedicamos a esperar la hora del grado. Allí conversamos, tomamos café, canelazo y uno o dos sándwiches, y tuvimos el primer contacto de lo que es ahora una de las principales enseñanzas de la astronomía: la paciencia de esperar y ocuparse mientras salen los objetos celestes que se quieren observar. Esto lo hemos experimentado miles de veces todos los profesionales y aficionados, y se han escrito las historias más interesantes sobre larguísimas esperas para, en muchos casos, observar………. ¡nada!
Pero este no fue el caso, llegado el momento apareció una "estrella" brillante y amarilla en el horizonte, pero a diferencia de las otras no titilaba, esta es la marca de los planetas; los telescopios se dirigieron a esa nueva luz, todos comenzaron a observarla, hasta que llegó mi turno, me acerque al ocular del telescopio, cerré suavemente el ojo que no iba a usar, y con el otro me asome al universo, la vista fue impresionante, allí estaba el gigante anillado, amarillo, con débiles líneas cafés y el anillo que con su sombra le daba a la pequeña esfera un aspecto tridimensional y la hacía parecer flotando en el espacio enfrente mío pero a millones de kilómetros de la Tierra. Fue increíblemente hermoso y su potencia gravitacional me lanzó a las profundidades de la astronomía.

Arriba

6.Estudiando

Mis primeras actividades en la ASASAC y como astrónomo aficionado en formación fueron asistir sin falta a las conferencias del grupo en el planetario de Bogotá y tratar de observar el cielo todas las veces que pudiera. Comencé a involucrarme cada vez más en el tema, y con mi primer telescopio, un refractor de 60 mm observé varios eventos para recordar como Júpiter y sus lunas, Saturno y la Luna. Asistí a algunos festivales públicos de observación que en la época se llamaban "astronomía al parque" con mi modesto telescopio con el que no sin dificultad compartí con la gente la experiencia de ver los planetas, la Luna y la nebulosa de Orión. En una de estas observaciones en el parqueadero de Unicentro de Bogotá, y al intentar levantar un niño para que se acercara al ocular sentí un intenso dolor en mi espalda, esto finalmente resultó en una cirugía de hernia discal el 26 de enero de 1999. Un evento memorable que además me costó el daño de uno de los oculares fue la observación del tránsito de Mercurio en noviembre de 1999 en el que intentando ver el planeta por el método de proyección, esto es, proyectando en una hoja de papel la imagen del telescopio, quemé el borde interno plástico del ocular, pero por unos pocos segundos pude ver el punto que era el planeta pasando delante del disco solar. 



Las primeras conferencias que preparé concienzudamente para dar al público como miembro oficial de la ASASAC fue "La Carrera Espacial", una historia sobre la llegada del hombre a la luna, la cual fue todo un éxito y después me llamaron a darla en diversos escenarios de aficionados y no aficionados, aun por allí sigue activa; "Un Cuerpo en el Espacio" que trataba sobre los cambios en la fisiología del cuerpo humano en la ingravidez e "Historia de la Astronomía", que ya habrán adivinado de que se trataba.

Carrera Espacial


Ese año también asistimos al segundo festival de astronomía en Villa de Leyva y desde allí no hemos faltados sino a uno o dos de ellos, también comenzó a gestarse la construcción del observatorio……

Arriba

7.El Telescopio

Llegó el momento de mejorar las condiciones de observación. Estaba, sin habérmelo propuesto quemando cada etapa necesaria para madurar la afición. Había estudiado el cielo y sus fenómenos, había asistido por información a charlas de personas con mayor experiencia, manejaba la carta celeste, reconocía el cielo con mis ojos y había hecho ya observaciones con mi pequeño gran telescopio; estaba ya entonces sintiendo las limitaciones tecnológicas y decidí que ya estaba en el punto de dar el gran salto tecnológico: un telescopio de aficionado serio.

Comenzó una intensa búsqueda, estudiando cual sería el telescopio adecuado para lo que pretendía y que tuviera un justo precio, es decir una relación costo beneficio adecuada. Leí libros de texto, revistas, consulte aficionados. ¿Qué telescopio es bueno para observación visual, toma de fotografías, de fácil manejo, fácil montaje, que se consigan accesorios, que sea resistente, que su mantenimiento no sea difícil, y que con un presupuesto limitado se pueda adquirir?
Hay varios tipos de telescopios disponibles: los refractores, los de la forma tradicional desde que Galileo los hizo famosos, son los que se ven con frecuencia en todos los almacenes, ellos se encuentran en los extremos: en uno los hay muy malos y baratos (los de almacén de cadena) y en el otro llegan a ser los mas finos y costosos (como los apocromáticos), así que descartados (ambos extremos). Los reflectores, inventados por Newton, son los más populares entre aquellos que hacen sus propios telescopios, este no es mi caso, no tengo la paciencia ni entiendo tanto de óptica y no pretendía ni pretendo estudiarla a fondo; los que ya vienen fabricados tienen el mismo problema de los refractores que se encuentran en almacenes de cadena no son de muy buena calidad, los otros, los buenos, son grandes y su trasporte es incómodo además son los que más mantenimiento requieren y no son los más amigables para la astrofotografía: descartados. Quedaban los del tipo Smith Cassegrain, estos telescopios son compactos, sus tubos cortos tienen longitudes focales largas, no son muy luminosos, su trasporte es cómodo, venían en ese momento motorizados y se les podía poner computadores, tienen variedad de accesorios que se montan fácilmente y en todo el material escrito eran los más populares entre los aficionados del mundo; con un precio asequible, me alcanzaba para un diámetro de 8 pulgadas, el problema: no se conseguía en Colombia, la solución encargarlos a alguien lo cual, o era muy caro o se exponía uno a perder una amistad con semejante encargo, así que mijo… a ahorrar y… ¡nos vamos para Nueva York a traer el telescopio!. 
Preparamos viaje para NY, con Ana María quien es hoy mi esposa y me ha acompañado en la mayoría de este viaje por la astronomía.

Celestar 8

Era nuestro primer viaje a la gran manzana así que preparamos todo un itinerario turístico que incluía, por supuesto, la búsqueda del equipo y de todo aquello que tuviera que ver con el tema: una convención de astronomía aficionada en Suffern (The Northeast Astronomy Forum & Telescope Show), buscar la tienda Adorama y visitar el planetario Hayden.
El viaje a Suffern fue muy interesante, era la primera vez que estaba en una convención de aficionados, el paso sin embargo fue rápido y solo visitamos la sala de exposición y compramos algunos recuerdos, vimos una gran cantidad de equipos que había disponibles pero no era lo que buscaba. Días después y caminando metro a metro la famosa isla, que vale decir me enamoró de inmediato, encontramos Adorama, un almacén de insumos y equipos de óptica en donde se encontraba de todo. Allí conocí personalmente el Celestar 8 el telescopio que había elegido por los avisos y fotos en las revistas, negro, con letras naranja, brillante hermoso, motorizado, pero sin computador pues no alcanzó el presupuesto, pero que más da ya conocía el cielo (o eso creía), trípode fuerte, además compre montura ecuatorial, algunos oculares extras, filtros de colores, filtro solar, adaptadores para la cámara, un Piggy Back, todo un mercado. Contrate a una colombiana que manejaba una camioneta para llevarlo a New Jersey a casa de los amigos en donde nos alojamos (gracias Berta y Enrique (QEPD)).
Al llegar a casa feliz con el telescopio, saque el manual y lo devoré en un par de horas, armé el telescopio y lo prendí pero, que pasa… no funciona bien… ¿Cómo así que no funciona?, ¡menos mal nos dimos cuenta!, al otro día carro para Manhattan: pero si funciona, lo que pasa es que los movimientos más lentos son casi imperceptibles…. Ah bueno… claro… si es lógico… si me había imaginado… mi constelación: el Oso Mayor.

Arriba

8.Observando

Durante varios años nos acompañó el Celestar 8; este telescopio de 8 pulgadas, es un aparato robusto, que comparado al que utilicé durante las primeras observaciones era casi como tener el Hubble en casa, las imágenes me parecían nítidas y claras y el poder de captación de luz visual era grande; negro, brillante con las letras anaranjadas era un orgullo exponerlo ante la gente. Tenía una montura ecuatorial que sin embargo estaba hecha para altitudes mayores a las de Bogotá (4° 39´N), por lo que Raúl Joya, mi amigo y asesor permanente, hubo de hacerle un anillo adicional para elevar el telescopio y así poner el eje polar en la altura adecuada. Traía motores de declinación y de ascensión recta, sin embargo no venía con computador con bases de datos estelares ni mucho menos una antena GPS para ubicarlo, solo el control de movimientos manuales. El trípode era fuerte y firme y se acomodaba a cualquier inclinación del terreno.
El trasporte era complejo pues era un equipo grande, adicionalmente, utilizando el icopor de la caja original le mandé a hacer una caja de madera para moverlo, esta caja si bien era resistente era voluminosos y sobre todo ¡pesada!
Además del aparato, su montura, el trípode y la caja, disponía de algunos accesorios: ocular de 12 y 9 mm, 6 filtros de colores, un Piggyback para tomar fotos con la cámara montada en el telescopio y así aprovechar la motorización, un adaptador para la cámara para tomar fotos en foco primario es decir el tubo del telescopio como lente y un tele extender, tubo para adaptar una cámara fotográfica y tomar fotos a través del ocular.
El equipo de fotografía fue rudimentario: una cámara Canon AL1 no digital, con una lente de 28 mm y un teleobjetivo zoom 28 - 135 mm y cable disparador.
De lo fabricado además de la caja de transporte, fue un protector de humedad hecho con cartulina negra, laminada con tela trasparente auto-adhesiva y los bordes rematados con cinta aislante eléctrica, funcionó pero trasportarla fue lo que finalmente llevo a su destrucción.


Todo este equipo sirvió para realizar muchas observaciones personales y publicas pues con el fui por toda la ciudad y fuera de ella cuando la ASASAC convocaba a los encuentros de astronomía al parque. Personalmente experimente observaciones más avanzadas, extendiéndolas por eclipses lunares, objetos del espacio profundo, el catálogo Messier y otros; realicé mis primeras intervenciones en astrofotografía, que tengo que decir, nunca colmaron mis aspiraciones, de todas ellas recuerdo tres: las primeras dos fueron fotos en piggy back de la vía láctea, y la tercera una foto de la Luna en 2003 estas imágenes las he ahora digitalizado y mejorado su calidad y las conservo como mis primogénitas.

Arriba

9.El Aficionado

¿Cómo se reconoce un aficionado a la astronomía? Es relativamente sencillo pues siempre que puede está observando el cielo; de día o de noche el aficionado está pendiente del firmamento, pues le ayuda a reconocerlo y a ubicarse en el tiempo y espacio, además siempre sabe que este le puede dar una sorpresa; se conocen miles de historias de observaciones casuales de fenómenos celestes. En mi caso además de observar el cielo, a cuanto paseo asistí siempre llevé, como compañía una carta celeste, binoculares y no en pocas ocasiones el telescopio. 


Los primeros años de aficionado serio a la astronomía, esto es, estudiando a fondo el tema, realizando observaciones frecuentes, intentando realizar mis primeras fotos astronómicas, recibiendo charlas y dictándolas al público y asistiendo regularmente a las actividades de la asociación a la cual me afilié, me permitieron finalmente alcanzar la dirección de dicha asociación la cual tuve por dos años consecutivos 2003 y 2004, en ella tuve la oportunidad de trabajar con un grupo de personas cuya colaboración fue clave para el desarrollo de esta labor.

En esos años se realizaron varias actividades como las conferencias semanales de astronomía en el planetario de Bogotá, observaciones al público conocidas como astronomía al parque y otras. Con estas actividades y con el apoyo de la ciudad, se logra captar un capital económico importante para la asociación, con el que se pudo organizar la biblioteca de la ASASAC en una sede ubicada en la Escuela Colombiana de Ingeniería, compramos un telescopio refractor y un telescopio Hα para observación solar.
La sede, en realidad una casa prefabricada que se había adquirido casi un año antes por la asociación, guardaba sus pertenencias, la mayoría de ellas históricas y aunque se había planeado la realización de reuniones frecuentes y actividades en la escuela con los estudiantes hasta ese año no se había logrado. 


asasac

De esta época datan jornadas de observación memorables: en Noviembre de 2000 una de ellas la realizamos con Ana María, mi esposa. Fuimos a ver la lluvia de estrellas de las Leónidas que para ese año se había pronosticado como excepcional; nos sentamos afuera de la sede la ASASAC cubiertos con un gran plástico y debajo de nosotros un calentador eléctrico. La temperatura exterior debía ser menor a los 5°C, pero nos mantuvimos allí prácticamente toda la noche asistiendo en primera fría fila a uno de los espectáculos más hermosos que nos ha ofrecido la naturaleza, después de contar más de mil meteoritos dejamos el conteo de lado y nos dedicamos a disfrutar del universo sin límites.

Ana
            Maria Orozco

Otra fue en 2004 una noche completa en Girardot un municipio a 150 Km. de Bogotá en el parqueadero del Hotel donde estábamos hospedados con una pareja de amigos (Raúl Joya y Marjorie Izquierdo), observamos muchos objetos celestes en un cielo despejado; observando el punto azul de Urano vimos pasar un objeto a gran velocidad, como un satélite, pero siendo las dos de la mañana era improbable que lo fuera, lo vimos hasta que desapareció en el horizonte y no pudimos dilucidar su naturaleza. A las 4 am apareció el premio al esfuerzo de esa noche: el Cometa Linear (foto abajo de Raúl Joya). Hicimos otras observaciones en Santandercito (Cundinamarca), Villa de Leyva, Ibagué, La Calera y desde la casa en Bogotá.

Cometa Linear 2004

Muchas experiencias, recuerdos y amigos quedaron del paso por la dirección de la Asociación de Astrónomos Autodidactas, sin embargo también algunos sin sabores el principal fue no haber podido iniciar un estudio y trabajo más profundo en astronomía aficionada con mis compañeros. Por lo que en ese momento decidí hacerlo por mi cuenta.

Arriba

10.Astrodidacta

Existen variadas formas de aproximarse y practicar la astronomía aficionada. De todas las profesiones, la astronomía es una de las pocas que permiten al aficionado hacer trabajos que puedan ser útiles al desarrollo e investigación de la ciencia. Puede ser la astronomía observacional, la astrofotografía, la búsqueda de cometas o estrellas novas, el estudio de la cosmología, la observación por Internet, la simple contemplación del cielo, la divulgación, entre otras muchas. Todas las anteriores sin embargo requieren tiempo y dedicación.
Soy médico de profesión, trabajo más precisamente en Cardiología Intervencionista, que como en otras profesiones requiere dedicarle gran cantidad de tiempo al entrenamiento y después en mantenerse actualizado en el avance científico y tecnológico. Esta situación impidió que pudiera continuar con mis actividades observacionales, astrofotografía, y divulgación.


Cardiologia

Poco pude seguir asistiendo a las actividades de grupo en la Asociación pero continué el trabajo astronómico de varias maneras: estudio a través de revistas, libros de astronomía más avanzada tanto observacional como teórica (Universe de Kaufmann); actividades de observación principalmente en Villa de Leyva aunque sin desaprovechar cualquier oportunidad para hacerlo siempre que hubiese un cielo despejado; múltiples intentos de astrofotografía con cámara análoga sin mucho éxito y reuniones con el grupo de aficionados para la observación de eventos como la aproximación de Marte, lluvias de estrellas, paso de asteroides, satélites y otras actividades. Y para no olvidar tertulias vespertinas en la casa de Raúl y Marjorie en las que, después de tomar un sabroso chocolate, no con poca frecuencia terminábamos observando desde el balcón de su casa.


Escribí mucho material durante ese tiempo, inclusive hice mi propia versión del catalogo Messier que conservo como original en mi biblioteca. Con todo el material escrito, la tarea que me impuse desde el 2003 y que no ha declinado hasta ahora es la creación, desarrollo y mantenimiento de una página de astronomía aficionada en Internet: Astrodidacta.
 La página www.astrodidacta.org nació como un híbrido entre mi gusto por los sistemas, la impresión que me causo la Internet y el deseo de plasmar mis conocimientos y compartirlos con otras personas. La desarrollé desde el punto de vista conceptual como en el teórico; inicialmente nombrada como Albireo, por la estrella doble en el Cisne, posteriormente como Almaak estrella en Andrómeda, nombre que en la actualidad, es utilizado como identificador en el servidor. Finalmente se me ocurrió la combinación de los nombres astronomía y autodidacta que era lo que yo era y de allí nació Astrodidacta.

Astrodidacta es un resumen de todo lo que he estudiado y aprendido a través de libros, revistas, programas, documentales, películas, conversaciones, observaciones, viajes, etc. También habría de servir como sitio seguro para el material obtenido en los años de observación. Desde hace algún tiempo cuando tuve la fortuna de rescatar el material escrito por socios de ASASAC, he comenzado la tarea de digitalizarlo y publicarlo en este espacio, este material, sin embargo no me pertenece, es de la ASASAC (Asociación de Astrónomos Autodidactas de Colombia) y a nombre de ella es que lo estoy haciendo.

Arriba

11. Salto Tecnológico

La tecnología avanza y nosotros navegamos en ella. La astronomía que podría considerarse dentro de las actividades más antiguas de la humanidad ha estado ligada al desarrollo científico y tecnológico de la ciencia, de hecho hace parte de él. Desde su inicio se construyeron estructuras de piedra que servían como instrumentos de observación, bien conocidos están los sitios de Stonehenge en Inglaterra y Carnac en Francia, pero también el infiernito en Colombia. Después se desarrollaron cuadrantes, sextantes, sistemas de medición del tiempo; hace más de cuatro siglos Galileo utilizó y perfecciono un anteojo como telescopio para cambiar la historia de la humanidad y la ciencia. Después, mejores ópticas, desarrollo de grandes telescopios, espectrógrafos, sistemas de fotografía, radio telescopios, telescopios espaciales, satélites y más...... Entonces había que pegarse a la ciencia más aun terminando el siglo veinte.

Llegó el momento de modernizar el equipo de observación; a pesar de que el Celestar 8 era un telescopio perfecto para aficionado se quedó corto en tecnología y decidí cambiarlo por que actualizarlo resultaba engorroso, este telescopio lo vendió Raúl J. a alguien en Barranquilla. Con ese dinero y un poco de los ahorros nuevamente a consultar catálogos y revistas... otro viaje a NY esta vez a un distribuidor de Meade (B&H) y adquirí un LX200 con GPS computarizado, los accesorios ya estaban.

Meade
            LX200

Celestron y Meade han sido las marcas tradicionales de equipos en el segmento de los aficionados avanzados, su calidad es comparable pero me sedujo mas la marca Meade sin que haya tenido un argumento de peso en favor de ella, simplemente me gustó más.
La tecnología GPS y la sistematización (GoTo) del nuevo telescopio optimiza la ubicación del telescopio y facilita (y de que manera), la navegación a través del cielo con lo que se ahorra tiempo y permite disfrutar más tiempo en el ocular que "cuadrando" la observación. Además con un computador y software astronómico, se puede controlar el telescopio de manera remota y amigable; el programa planetario seleccionado fue TheSky de Software Bisque, en ese momento versión 5, posteriormente versión 6 profesional y por daño en esta última, versión Profesional X, un poco costosa, pero para mí una de las mejores. Finalmente, también llegó el momento de actualizar las cámaras con las Web Cam, cámaras réflex digitales y CCDs de bajo costo como la DSI de Meade.

Todo lo anterior es clave para el siguiente paso: el observatorio...

Arriba

12.Mi Monte Palomar

Siempre que salíamos de paseo a descansar o trabajar, mi esposa la Chiqui (alias Ana María) y yo pasábamos parte del tiempo buscando cual sería el mejor sitio para observar de manera permanente. Debía tener ciertas características: alejado de grandes ciudades o pueblos, para evitar la contaminación lumínica, que tuviera baja nubosidad durante el año, que no fuera un sitio muy bajo para evitar una gran masa de aire atmosférico, lejano de lagunas, lagos o costas por la gran turbulencia que producen en la atmósfera, y que no fuera demasiado frío para no espantar la compañía, además que tuviera otras actividades para entretenerse y entretener a la familia por que ya habíamos hecho nuestra colaboración a la vida en el universo, nuestros hermosos hijos Sofía y Juan José.


Cuando era adolescente visite Villa de Leyva, nunca más regresé y solo lo hice cuando asistimos al primer festival de astronomía en el año 1999, desde ese momento quedamos enamorados de la Villa y sus alrededores. Aquí conocimos a Joaquín y Albita que tienen un una pequeña posada dentro de un viñedo llamado Guananí; además de conocer el proceso del vino, era un sitio ideal para instalar el telescopio pues había poca luz, era seguro y se estaba prácticamente en casa, inclusive cuando no había cielo se podía practicar el saxofón. 
Villa de Leyva está ubicada en el departamento de Boyacá a 40 minutos al occidente de Tunja a una altura de 2.143 m.s.n.m. con una temperatura promedio de 18° C. El pueblo está localizado en una zona de transición entre las altas montañas de Chiquiza e Iguaque, zonas húmedas y lluviosas donde nacen los ríos que bañan la región y el desierto de la candelaria, constituido por lo que fue millones de años atrás un lecho marino. Esta localización hace que Villa de Leyva tenga un clima relativamente seco y húmedo con aires limpios lo que permite la observación astronómica. Vale decir, sin embargo, que los cambios en el clima que se ven en el mundo están marcando su huella en la zona. 
Además de ser un muy buen sitio para la observación astronómica esta hermosa zona boyacense está llena de historia, arqueología, paleontología, turismo, ecología y buen vivir. 


Monte
            Palomar

La decisión estaba tomada, y era construir un observatorio astronómico en Villa de Leyva. A pocos kilómetros del casco urbano encontramos el sitio para nuestro observatorio y una casa de descanso que lo acompañe, es una tierra un poco más baja que el pueblo el cual se puede observar desde allí pero la luz directa de él no llega por lo quebrado del terreno y la vegetación.
En este terreno de 10000 metros2 con un pequeño lago, construimos nuestro proyecto que ahora recibe el astronómico nombre de Monte Palomar. Allí construimos nuestro refugio familiar y espiritual. 
Para la construcción del observatorio, que sería la culminación de un proyecto de años, inicié una exhaustiva búsqueda de información en las bibliotecas y en la Internet, finalmente los elementos que más me ayudaron al diseño fueron: el libro Setting Up a Small Observatory de David Arditti y la pagina Amateur Astronomical Observatories.

Arriba

13.El Observatorio

¿Cómo hacer un observatorio? Lo primero es ubicar el sitio en donde se va a construir. Debe ubicarse lejos de la contaminación lumínica de las grandes ciudades: Villa de Leyva tiene poca contaminación de luz principalmente fuera del casco urbano. Otra condición es que no haya estructuras naturales o artificiales que bloqueen el horizonte.
Una vez seleccionado el lugar hay que pensar en que tipo de observatorio que se va a construir. En este sentido hay varios tipos. Lo primero es si va a ser permanente o no. En caso que no sea permanente bastará con tener una superficie plana, dura y nivelada para poner el telescopio sobre un trípode cuya posición se dejará marcada en el piso para no lidiar con la alineación cada vez que se vaya a montar; esto tiene el inconveniente de estar ajustando su posición cada vez que se va a observar, lo que consume tiempo y paciencia, además del riesgo de estar moviendo equipos. Los observatorios permanentes dejan los equipos instalados y alineados, caso en el cual solo es prender y usar. El tamaño y las comodidades varían, también los materiales en que se fabrican, muchos de ellos son estructuras en madera o metálicas e inclusive en fibra de vidrio. El proyecto se pensó para ser seguro y duradero por lo cual se hizo en ladrillo y cemento.
La ventana por la cual se asoma el telescopio es parte clave del observatorio. Las cúpulas que son, en el imaginario popular (así como lo es el telescopio refractor), la característica de un observatorio no son la única posibilidad, baste decir que los primeros observatorios eran terrazas (como en los zigurats), o balcones (como Uraniborg). Existen otras posibilidades siendo la mas conocida los observatorios de techo corredizo.
La decisión de que tipo de techo va a tener el observatorio es tan difícil como hacerlo. La selección depende de varios factores: comodidad: la cúpula es mas cómoda; campo de visión: el techo corredizo da mayor campo, la cúpula hay que motorizarla y sincronizarla con el telescopio; construcción: la cúpula requiere la construcción por un experto en el tema; mantenimiento: la cúpula requiere mas cuidado; estética: la cúpula es mas "astronómica"; seguridad: la cúpula es mas llamativa para los amigos de lo ajeno; costo: la cúpula es mas costosa.
Con esto en mente nos decidimos a construir un techo corredizo el cual se fabricó en metal con ruedas que descansaban sobre dos canaletas que actuaban como rieles.

Monte Palomar Techo1

El primer diseño quedó como techo de catedral que tapaba casi todo el Oeste por lo cual se modificó quedando aplastado como techo oriental pero deforme, pero al menos cumplía su función.


Monte Palomar Techo2

El observatorio consta de un salón para el telescopio de 3x3 metros con una columna de 124 cms separado por una puerta y ventana de una oficina del mismo tamaño en donde se encuentra el material de estudio y observacional. se puso un sistema de cableado desde la oficina hasta la columna del telescopio y se hizo un amueblamiento en madera para la oficina, tiene su propia caja de luz y alarma monitorizada remotamente.

Para el montaje del telescopio mi amigo Raúl Joya diseñó una cuña ecuatorial en donde se instaló el Meade LX 200 con su montura altazimutal estilo tenedor. En el diseño del observatorio las paredes de la sala del telescopio se dejaron a una altura de 180 cm con el fin de proteger el equipo y a los asistentes, pero una vez montado el telescopio, que quedo a una altura de aproximadamente 160 cm, ellas hacen que se pierda casi 35 grados de cielo sobre el horizonte; a pesar de que las observaciones nunca se deben hacer en partes bajas del horizonte pues la atmósfera y la contaminación de luz impiden una adecuada visibilidad me pareció que las paredes son muy altas.
Ya con todo listo en 2010… ahora si …. Por fin…. ¡trabajo astronómico serio!.

Arriba

14.Un Accidente

La astronomía da muchas sorpresas y alegrías pero cuando uno comienza a meterse en terrenos especializados tiene sus bemoles. En febrero de 2010, llegó una llamada que se parecía a un antiguo chiste:

Así fue como poco a poco fuimos informados de como una tormenta nos dejaba daños en la casa y probablemente daños irreparables en el observatorio, así que arrancamos ese día miércoles para Monte Palomar. Al llegar era de noche, la carretera estaba tapada por el árbol caído que había dañado parte de la cerca. Los cables de la luz, el poste quebrado, el transformador en el piso y el tanque de agua destruido.


Monte Palomar Accidente

El techo del observatorio, ese feo y pesado cuerpo metálico rojo chino yacía a unos 15 metros de su sitio, los libros mojados los habían llevado ya a la casa y el telescopio estaba en su lugar pero completamente empapado. Lo desmonté, desarmé y soplé, dejándolo hasta que quedo aparentemente seco antes de volverlo a conectar. Por fortuna todo funcionó normalmente (o eso se creyó en el momento).
Libros no se perdieron, pero si sufrieron daños estéticos serios y funcionales pues las hojas se deformaron, los demás elementos no tuvieron problemas.
Pasaron varios meses hasta que se logró hacer otro techo. El diseño cambió: se hizo una esqueleto metálico y se cubrió con policarbonato (menos pesado). Los rodamientos son de metal y acanalados para que queden anclados a dos barras laterales por donde ruedan con alguna dificultad pero no hay posibilidad de que salga por los aires.


Monte Palomar techo3

En general el observatorio requirió trabajo de pintura, se cambio el color de la sala del telescopio de un azul indefinible bastante feo a un negro mate, se pintó la madera, se aceitaron los mecanismos, se cambiaron lámparas, se trasladaron libros y material de estudio. Y al final nuevamente se montó el telescopio.

Arriba

15.El Final.. O El Nuevo Principio

Ya para 2012 estuvo todo listo, y pude por fin iniciar mi observación astronómica y astrofotografía.
En el campo de la astrofotografía como en la astronomía también hay que quemar etapas, por lo tanto repasé mis antiguos conocimientos de técnica fotográfica básica, comencé a estudiar el manejo de software astro fotográfico y de Photoshop.
Realicé varias observaciones. las primeras se dedicaron al afinamiento del montaje del telescopio y a la comunicación con el computador, así como a manejar las cámaras fotográficas.

Lo primero fue encontrar el norte magnético, me di cuenta que el arquitecto dejo la orientación del observatorio un poco corrida al Oeste, después calculé la declinación magnética y corrí la montura para dirigirla hacia el norte geográfico, como la columna se hizo rectangular esto le quitó un poco de estética pero el funcionamiento no se alteró. Con esta alineación gruesa consumí varias noches trabajando en la alineación polar fina por el método de deriva hasta que logré seguimientos no guiados por más de 5 minutos. Observe muchos objetos de espacio profundo y planetarios con una precisión muy buena manejando el telescopio a través de The Sky X profesional. Desempolvé un viejo ocular electrónico Meade con lo que probé el programa de captura de video, que funcionó sin problemas, pero una caída del ocular lo dañó y aproveche para cambiar el sensor por uno de una cámara web de alta definición. Entonces saqué la DSRL, una Canon XSi como paso previo a usar la Meade DSI I que compré hace años y que ha estado guardada desde ese momento.

Mis primeras imágenes las hice con cámara a mano alzada, luego montada en trípode y con el telescopio en piggy back. Los resultados si no profesionales fueron para mi como si lo fueran, recibí muchos elogios y estos me estimularon a seguir trabajando. Planeé entonces las próximas observaciones. Estando en este trabajo, el telescopio comenzó a resentir el húmedo evento de años atrás, mostrando un comportamiento anómalo hasta que finalmente murió; en una primera ocasión Ramiro Agudelo un querido amigo de la ASASAC y experto en estos temas de equipos, lo regreso a la vida pero en una segunda el daño ya fue irreparable, siendo la causa aparente la humedad que afecto algunos circuitos durante la tormenta que dañó el observatorio y mojó los equipos.


Así de manera obligada comienza la renovación de equipos, aprovechando que el tubo óptico Meade 8 está perfecto, seleccioné una nueva montura que es ecuatorial germánica (Ioptron - iEQ45), para montarla sobre una columna metálica que le dará una altura de 180 cm corrigiendo el tema de la altura de las paredes. También, ya entrado en gastos, adquirí un sistema de auto guiado por que quiero dejar todo listo para vez lanzarme a la aventura definitiva como Buzzligthyear: ¡¡¡¡¡Al infinito y mas allá!!!!!.



Arriba